Hacia finales de agosto y septiembre, la flor del brezo salpica de púrpura los dorados y secos pastos salvajes. Brotes de color entre un extinto verano, que tardó en marcharse, y un otoño que nunca acabó de llegar.
23/11/15
Entre alfombras de oro y púrpura
11/11/15
2/11/15
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